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México enfermo, al igual que su economía

por Vanessa Rubio Márquez
04-01-2021

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Lugar número 4 en el mundo de muertes por COVID (más de 127 mil) y 13vo en número de casos con cerca de 1 millón 450 mil. No hay duda de que México está enfermo y aún con cierto porcentaje de vacunas aseguradas, estamos muy lejos de comenzar a respirar con normalidad, literalmente hablando. Por otro lado, la economía pasó de estado crítico a terapia intensiva.

En 2019 cerramos el año con una caída de 0.3% y éste rondará el -8.9% de acuerdo a las expectativas de Banco de México o -9.0% según el Fondo Monetario Internacional.

Es cierto que estamos en la mayor crisis que nuestra generación haya vivido, pero hay de caídas a caídas. El promedio de la contracción económica mundial, también de acuerdo al FMI, será de -4,4%, es decir la mitad de nuestro desplome. Y para ahondar en la mala prognosis, el aumento de las personas en situación de pobreza es alarmante: la CEPAL calcula que nuestro país produzca 10 millones de nuevos pobres tan sólo este año, prácticamente el 25% de lo que se calcula para todo Latinoamérica, mientras que en el otro extremo Brasil será capaz en esta coyuntura de incluso disminuir los niveles de pobreza.

Ello es resultado, entre otros, del paquete de apoyo fiscal más pequeño de toda la región después de Bahamas de sólo 0.7% del PIB (México) versus el más grande, de 10% del PIB (Brasil). Si la economía de Estados Unidos tiene una recuperación mayor a la esperada, como es posible que sea la tendencia, México muy probablemente será el país fuera de la Unión Americana que más se beneficie del paquete de estímulos fiscales de ese país.

Pero será insuficiente. Las respuestas de crecimiento deben venir de dentro. El incremento de las remesas durante buena parte del 2019 es justamente reflejo de este fenómeno, un buen paliativo temporal. El empleo cerró el 2019 con muy mala salud también: pérdida de 650 mil puestos de trabajo que afectan a 2.4 millones de personas dada la composición promedio de la familia mexicana. En comparación, en 2009 se perdieron 171 mil empleos como resultado de la crisis financiera.

Signos vitales deteriorados como la caída de la inversión y del crédito bancario al sector privado, se dan claramente en el contexto de una enorme incertidumbre jurídica para invertir en nuestro país derivada de los cambios repentinos de reglas, la cancelación de contratos, la prisión preventiva oficiosa, la extinción de dominio, la penalización de la subcontratación incluso en términos legales, la fijación de precios máximos en el sector financiero (Afores y posiblemente bancos), los primeros paneles de disputa que vendrán al amparo del T-MEC y del incremento de la violencia y la inseguridad.

A falta del esperado Remanente de Operaciones de Banco de México, la respiración boca a boca tendrá que venir de una reforma fiscal incluida en el paquete económico 2021, que muy probablemente se presentará después de las elecciones. Se intentará no sólo ampliar la base tributaria, si no aumentar de manera selectiva y diferenciada una serie de impuestos.

Sólo una propuesta robusta, viable y creíble en este aspecto nos podría salvar de un deterioro en la calificación crediticia en la primera mitad de este año, lo que sería quitarnos el tanque de oxígeno con el que desafortunadamente no todos estamos sobreviviendo.