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Amenaza: Tenemos que empezar nuestro juego

por Eduardo Ibarra Aguirre
26-01-2023

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Va por delante la primera conclusión. En política no existen las casualidades sino las causalidades. Esto es indispensable subrayarlo por los juicios y la virtual amenaza que expresó Laura Richardson, jefa del Comando Sur de Estados Unidos, en un video grabado para un acto del Atlantic Council, vinculado a la Organización del Tratado del Atlántico Norte, actor central en la guerra entre Rusia y Ucrania, subordinado a las directrices de la Casa Blanca, el Departamento de Estado y el Pentágono, y detrás de ellos el poderoso e influyente complejo militar industrial.

En respuesta a su propia pregunta: “¿Por qué es importante América latina?” para el imperio de las barras y las estrellas que dirige Joseph Biden, la jefa militar del Bravo a Tierra del Fuego, formuló un inventario que tiene como denominador los abundantes recursos naturales y los “elementos de tierras raras”.

Para las cuentas de Richardson otra de las razones por las que América Latina y el Caribe son importantes para el gobierno que representa con las armas y el espionaje castrense, es la concentración de las reservas de petróleo más grandes, incluidas las de crudo ligero y dulce descubierto frente a Guyana. Tienen los recursos de Venezuela también, con petróleo, cobre, oro, continuó la generala que además destacó la importancia del Amazonas, al describirlo como “los pulmones del mundo”.

Mas el recuento no paró allí. “Por último, tenemos 31% del agua dulce del mundo en esta región”. No olvidemos que la primera guerra por el agua dulce acaeció en Libia con el derrocamiento de Muamar Gadafi, asesinado en octubre de 2011, con la reacción hilarante de Hilary Clinton cuando fue informada del crimen, seguramente ordenado por Barack Obama.

Con ese inventario agregó que “a Estados Unidos le queda mucho por hacer”. Y concluyó con un objetivo, advertencia, amenaza: “Tenemos que empezar nuestro juego”.


La respuesta de los insumisos, de este lado del Atlántico, no se hizo esperar y a renglón seguido Evo Morales puntualizó en Twitter, con todo y la creciente censura: “Le recordamos a la jefa del Comando Sur de Estados Unidos, Laura Richardson, que América Latina no es patio trasero ni su hacienda para explotar recursos naturales”.

Premura del expresidente de Bolivia que tiene mucho que ver con la misma prisa que tenía la generala por establecer las urgencias del imperio en la región en la víspera de la cumbre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños que delibera en Buenos Aires, Argentina, con representantes de 33 Estados soberanos.

La hambruna imperial por los recursos naturales del subcontinente no es nueva, pero sí es relativamente novedosa la competencia que  libra Estados Unidos frente a la República Popular China y la Federación de Rusia en muy diversos planos en lo que la Doctrina Monroe consagró como su “patio trasero” y que en buena medida quedó en leyenda, en virtud de los trascedentes cambios de rumbo que se producen durante la llamada segunda ola progresista, inaugurada por México y apuntalada por Colombia y Brasil.

Mas las oligarquías están desatadas en busca de rescatar el enorme terreno perdido y emprenden campañas judiciales, legislativas y mediáticas para obstaculizar la puesta en práctica de políticas sociales, decisiones democratizadoras y posturas soberanas, e incluso para desplazar del poder a gobernantes y partidos progresistas.

De allí la importancia de la cumbre de Celac, misma que no contó con la participación física del presidente Andrés Manuel, justo cuando se requiere mayor integración y coordinación de esfuerzos del progresismo en Nuestra América.