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Soñar no cuesta nada...

por Mauricio Valdés
23-02-2022

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Hace casi 40 años cursaba la maestría en Londres. Era frecuente que usara el transporte público, para mis traslados a la escuela (London School of Economics and Political Science) y para visitar muchos lugares de interés. Uno de los estudios que realice para la escuela, fue la organización y funcionamiento del Transporte Londinense. Soñaba desde entonces y sigo con ese sueño, que en la Zona Metropolitana de la CDMX-EDOMEX, así como en otras ciudades del país (como Monterrey y Guadalajara) podríamos llegar a algo similar del servicio: abono para el transporte metropolitano; autobuses de doble piso, con paradas programadas y puntuales, metro, que funciona desde 1863, hace 159 años, con una red mayormente subterránea de poco más de 400 kilómetros de red y 268 estaciones. El de la CDMX funciona desde 1969 con una red de 267 kms. y 1184 estaciones, y 11 en el EDOMEX, así como trenes de pasajeros circunvecinos.

El costo no era barato, pero accesible para usuario frecuente, con tarifas conforme a la distancia. Sus famosos taxis negros de un mismo modelo exclusivo para ese servicio. Pensaba con ver algún día algo similar. Lo sigo idealizando.

Las autoridades del transporte centralizan todas las funciones necesarias para operar eficiente y eficazmente el servicio. Lo hacen cada día mejor. Aseguran el servicio socialmente necesario de transporte coordinado de operadores públicos y privados entre rutas y diversidad de medios de transporte a los usuarios. Sujetos a rigurosos controles, como la licencia para los taxistas que deben aprobar muy difíciles exámenes de capacidad. Casi todo mundo está de acuerdo en su funcionamiento y tarifa, porque a cambio reciben un servicio de calidad accesible. Las empresas evolucionan conforme la demanda. Todos cuidan proporcionar el mejor servicio posible, con esquemas de prioridad para personas mayores, con capacidad reducida y jóvenes.

Realizan inversiones razonablemente rentables, con buenas unidades, orden y limpieza, tanto en paraderos como en las estaciones y lugar especial para los taxis, quienes pueden circular por rutas exclusivas para el transporte. Servicio de información y señalización sencilla, suficiente y oportuna, aplicaciones de celular, internet y teléfono.

Desde luego que han pasado por huelgas del personal en demanda de mejoras salariales y condiciones de trabajo y organización, pero siempre, para superar el caos que provocan, las han resuelto en términos de cumplir el servicio, como su misión primordial. Afortunadamente para esos casos, la población está familiarizada con el uso de la bicicleta y a caminar largos tramos. Sigo pensando que los mexicanos somos capaces de lograr servicios de transporte similares. Con decisión de gobernantes, prestadores de servicio y usuarios. Difícil, sí que lo es, pero no es imposible, aunque llevará muchos años.

Mauricio Valdés