Mientras comía con la familia, compuesta mayoritariamente por mujeres, escuchamos relatos que parecían de terror, muy a tono a los días venideros, donde dicen que las almas nos vienen a visitar.

Pero no hablo en este caso del terror al estilo del gran novelista Stephen King, me refiero específicamente a temas concretos, del día a día, donde salir a la calle y regresar vivo y “completo” ya es una odisea.

Y es que la inseguridad en el estado está a la alza, nos guste admitirlo o no.

Pese a los esfuerzos de disfrazar cifras, tendríamos que ser ciegos, sordos y mudos para no ver lo que pasa en realidad.

Sin caer en el cliché de que las mujeres somos las más expuestas, vale la pena traer a la mesa el tema de las Colectivas feministas, que  han denunciado con señalamientos de calles y colonias, dónde es que las mujeres corremos mayor peligro, tanto de día como de noche.

En el municipio de Boca del Río, por ejemplo,  vemos que fraccionamientos como Las Vegas, se han convertido en nidos de maleantes que esperan el paso de mujeres, jovencitas y niñas para hacer de las suyas y acosar, robar y hasta violar a quienes tienen la mala fortuna de salir rumbo a la escuela o el trabajo y toparse con estos malvivientes.

En Medellín, por su parte,  la zona de Puente Moreno ha estado en el ojo del huracán ante el incremento de delitos,  especialmente, y de nueva cuenta, hacia las mujeres.  De otros lugares más alejados como Arboledas de San Ramón o Arboledas de San Miguel, mejor no hablamos. Calles y avenidas están tomadas, literalmente por la delincuencia ante la mirada complaciente del alcalde morenista Marcos Isleño, quien a diario culpa del desastre que vive su municipio  a su antecesor, el raterazo  Polo Deschamps. 

El puerto jarocho no se queda atrás, pese a estar al frente del gobierno una mujer, que ni  fu, ni fa dice ante la creciente ola delictiva que afecta a los porteños y que daña la integridad de las mujeres, a quienes nadie protege.

Presupuesto hay, y de sobra, pero no se utiliza en lo que se debe, pues así como vemos foros ciudadanos para hablar de cosas triviales como el carnaval, no vemos ni por asomo mesas de trabajo para exigir que parte de los dineros que andan por aquí y por allá, y que no son pocos, se usen para que las mujeres tengamos una ciudad más segura.

¿Alguien ha visto a la presidenta ocuparse del tema? ¿A la regidora Belem Palmeros, cuya formación es feminista y que tiene a su cargo esa comisión?

Tampoco en la capital del estado están en un lecho de rosas. Ahí donde habita el gobernador Cuitláhuac García y donde el alcalde también es de Morena, vemos un día sí y el otro también  balaceras, homicidios, feminicidios y delitos de alto impacto, el más reciente, que cimbró a la sociedad  veracruzana y más allá de las fronteras fue el de la maestra Elizabeth, ultimada a balazos enfrente de su nieto de siete años.

En datos duros, crueles me atrevo a decir,  en la primera mitad de este año al menos 48 mujeres fueron víctimas de feminicidio en el estado según datos del Observatorio de Violencias contra las Mujeres de la Universidad Veracruzana (OUV Mujeres).

Y tomando en cuenta que estamos en los últimos meses de este 2022, la cifra con seguridad es  mayor.

No podemos negar que ante este desastre en materia de seguridad, la actitud del actual gobernador es blanda, por decir lo menos.

No sé si por indolencia o desconocimiento de lo que está pasando en Veracruz las medidas en torno a seguridad no han sido funcionales. 

Recordando la visita que hizo este año a nuestro estado la jefa de gobierno capitalino, Claudia Sheinbaum, donde se firmó convenios de colaboración en materia de turismo entre ambas entidades, me parece que hubiera sido interesante que la sensibilidad y preparación de la doctora Sheinbaum aterrizara en este tema que tanto nos lastima, pues las veracruzanas necesitamos con urgencia atención en temas de seguridad.

Instalación de botones de pánico, rondines policiacos, calles iluminadas, transporte seguro, son algunos de los puntos que urge se atiendan para frenar los delitos. antes que este sexenio agonice, pues la moneda está en el aire y no sabemos si el partido en el poder logre su permanencia, lo cual sería lo deseable, sobre todo si la elegida en las urnas es la señora Rocío Nahle, de quien esperamos medidas contundentes para proteger a las mujeres.

POR CIERTO…

Hoy estuvo en el puerto jarocho la secretaria de Energía, Rocío Nahle, a quien vimos muy bien acompañada en un restaurante del hotel donde se hospeda compartiendo  el pan y la sal con la diputada federal Rosa María Hernández Espejo, quien anda muy activa en las colonias para los fines de semana informar a las personas sobre temas relevantes y exponer los resultados de su primer informe de labores.

Da gusto ver a dos mujeres de la talla de ambas políticas, pues son mujeres de lucha, que representan y defienden los ideales de la Cuarta Transformación.

Esperemos que de esa plática salgan cosas buenas, pues hay una deuda pendiente con la sociedad veracruzana, donde lo único seguro, es que existe una terrible inseguridad.