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Impétigo

por Leticia Montes
03-08-2021

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¿Qué es el impétigo?

El impétigo es una infección común de la piel que produce ampollas en cualquier parte del cuerpo, aunque por lo general se observan alrededor de la nariz o la boca. Es causada por uno de dos tipos de bacterias: los estreptococos del grupo A o el estafilococo aureus (Staphylococcus aureus).

¿Quiénes contraen impétigo?

Comúnmente, los más afectados son los niños y los adultos jóvenes. En los adultos, el impétigo puede ser el resultado de otros problemas cutáneos o aparecer después de una infección del aparato respiratorio superior. Esta enfermedad es más común durante los meses húmedos y calurosos del verano.

¿Cómo se trasmite el impétigo?

De persona a persona, por contacto directo con la secreción de las ampollas.

¿Cuáles son los síntomas del impétigo?

Aparece una erupción o úlceras rojas irritantes que forman ampollas, que después rezuman líquido. Estas úlceras pueden aumentar de tamaño y diseminarse. Cuando las ampollas se rompen, forman una costra plana de color miel.

¿Cuándo aparecen los síntomas?

Las ampollas aparecen entre cuatro y diez días después de la exposición a la secreción de las ampollas de otra persona.

¿Cuál es el tratamiento para el impétigo?

El impétigo se puede tratar con buenos resultados con antibióticos, que deben ser recetados por un médico. Con el tratamiento antibiótico, la curación debería comenzar a los tres días.

¿Qué puede hacer una persona para reducir al máximo la transmisión del impétigo?

El impétigo es contagioso. La persona infectada debe seguir las indicaciones del médico. Es importante lavar la erupción con agua y jabón, y cubrirla holgadamente con gasa o una venda. Es necesario lavarse las manos con mucho esmero, sobre todo después de haber tocado las zonas infectadas del cuerpo. La persona con impétigo debe evitar el contacto con bebés recién nacidos. Tampoco debe asistir a escuelas ni guarderías, ni manipular alimentos hasta que el profesional de la salud le otorgue permiso o hasta 24 horas después de haber iniciado el tratamiento con antibióticos. No debe compartir toallas sucias, paños ni ropa de personas infectadas.