Tras dos intentos fallidos que buscaron sustituirla, Chile mantendrá vigente la Constitución de 1980 dictada en el régimen de Augusto Pinochet, luego de que los chilenos resolvieran con un 55,75% de los votos rechazar la segunda propuesta emanada del Consejo Constitucional.

En un plebiscito obligatorio para 15,5 millones de personas, más de 6,5 millones de ciudadanos se manifestaron en contra del texto conservador presentado, lo que se constituye en un triunfo agridulce para el gobierno del izquierdista Gabriel Boric.

Con un 98,63% de mesas escrutadas, la opción a favor que buscaba ratificar el texto con sello republicano, alcanzaba un 44,25% de los votos. Casi un 4% de las papeletas eran nulos o blancos.

Aunque el resultado da un respiro a la administración de Boric, lo cierto es que ha terminado siendo paradójico que la extrema izquierda debiera defender la carta magna del régimen militar, mas cuando empujó con fuerza el proceso tras el estallido social de 2019. Además, obliga al presidente a moderar su programa de reformas por cuanto la Constitución vigente no consagra a Chile como un Estado social y democrático de derecho.

Las cifras finales han sido las proyectadas por las encuestas que señalaban desde mediados de año que la labor realizada por un consejo, con control de las derechas, no concitaba apoyo transversal. Y para el oficialismo el resultado es positivo porque lograron revertir la tendencia que en los dos últimos comicios fueron contrarios a la izquierda, el plebiscito de 2022 y la elección de consejeros en marzo.

Se espera que el presidente Gabriel Boric hable, aunque concurrir a votar este domingo, adelantó que cualquiera fuera el resultado, a partir del lunes cambiaría la agenda, es decir, su Gobierno se concentrará en solucionar los problemas que golpean a la ciudadanía.

El mandatario ha seguido el conteo de votos en el palacio presidencial de La Moneda acompañado de todo su comité político de ministros, con quienes ha evaluado el impacto de la elección.

La diferencia de 10 puntos entre ambas alternativas tendrá variadas explicaciones, pero como ha sostenido el presidente de la UDI, senador Javier Macaya, el mensaje es claro: «Los chilenos están cansados…Y se ratifica por segunda vez la Constitución de 1980».

«Nosotros vamos a dormir tranquilos y somos respetuosos de la decisión que han tomado los chilenos, pero exigimos al Gobierno y a todas las fuerzas de izquierda no volver a levantar el tema constitucional», ha dicho el parlamentario opositor.

Como diversos analistas indicaron, cualquiera fuera el resultado, la cuestión constitucional no ha quedado zanjada. El compromiso del oficialismo es que en lo que resta del Gobierno de Boric no se promoverá ningún nuevo proceso, pero ello no obsta de que los parlamentarios intenten reformar la Constitución del 80 en el Congreso, más cuando los quórums necesarios para hacerlo han sido rebajados.

En un giro a sus declaraciones de haceunas semanas en las que pedía una nueva Asamblea Constituyente, el alcalde comunista de la comuna de Recoleta, Daniel Jadue, ha sostenido que más allá del resultado, «en los próximos dos años no hay ninguna posibilidad de que haya un nuevo proceso».

A partir de este lunes, la presidenta del Partido Socialista y senadora Paulina Vodanovic, ha asegurado que no estarán los votos de su colectividad para un tercer intento y que se concentran ahora en las prioridades ciudadanas. «Es tiempo de construcción, trabajo y unidad», ha afirmado.

En la derecha, el resultado implica una clara derrota para el candidato presidencial José Antonio Kast y su Partido Republicanos, quienes hegemonizaron el Consejo Constitucional. Aunque Chile Vamos respaldó a la derecha radical en lo obrado, Kast aseguró a fines de octubre que se podía «dar vuelta el partido» en los casi 40 días de campaña.

José Antonio Kast reconoció que los republicanos perdieron y lo hacían con humildad y aseguró que ha quedado claro que los chilenos están cansados de estos procesos que no dan soluciones a sus problemas reales. Por lo mismo, llamó a Boric a gobernar. «Los republicanos queremos a Chile e iniciemos una nueva etapa buscando la paz, el progreso y unidad», aseguró.

El líder del PR, Arturo Squella, dijo no tener problemas de reconocer la derrota porque «actuamos por convicciones».

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