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Razones por las que las "Booty Calls" afectan nuestras relaciones personales

por Redacción DC
28-09-2020

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El mundo cambia a pasos agigantados y también lo han hecho las relaciones o, por lo menos, la forma de vincularnos. En la actualidad es muy común conocer personas que mantienen relaciones con otras sólo con una intención: obtener placer. Lo que podríamos denominar como sexo sin compromisos ni ataduras, sólo encuentros casuales y muy concretos: nada de regalos, cenas románticas, ni siquiera largas charlas ni amaneceres juntos. No, nada de eso.

Este es un concepto de moda en la actualidad por su práctica, pero poco conocido en cuanto a su nombre. Hablamos del denominado Booty calls, o algo así como "llamadas de consuelo", aunque el consuelo pasa por otro lado, no por el convencional. Sin dar tantas vueltas: son aquellas llamadas o mensajes invitando a mantener relaciones sexuales sin compromiso ni ilusiones de una relación formal. Sólo sexo, placer y un buen momento.

Se cree que esta práctica es común entre hombres y mujeres solteros, pero también se estima que personas casadas tienen su lista de booty calls. En el caso de los solteros se trata de aquellos que de forma voluntaria así desean serlo y no pretenden ninguna relación real con nadie. La regla fundamental es dejar de lado la parte sentimental y conservar la complicidad.

"Hay personas que tienen la capacidad de dejar de lado las emociones y no se involucran sentimentalmente con aquella persona con la que intiman. Lo cierto es que, somos seres sociales y no nos podemos pensar sin otro", comenta Macarena Ruiz, psicóloga, en referencia a esta nueva práctica. Aunque no muy nueva, pues sabemos que de una u otra manera siempre existieron. 

Esta "llamada del sexo", cual comunicación que viene del más allá, no es más que la búsqueda de una bocanada de placer que elimina del camino cualquier tipo de cortejo y seducción. La idea es que aquel que no tiene pareja —porque así lo desea—, tenga algún amante a quien llamar cada vez que lo desee y a la inversa. Lo que destaca la profesional es la pérdida del juego de seducción, entonces, "llega un momento en que toda esta ficción termina por aburrir o comienza a perder interés. Se entabla la idea de que si aburre o ya no complace, se busca a otro, corriendo el riesgo de naturalizar estas conductas y utilizando al otro como un mero objeto de placer".

Hay algo que es verdad, y es que el booty calls es sexo asegurado, el que llama o recibe el llamado sabe exactamente lo sigue y el desenlace se dará sin coqueteo ni rituales de conquista, pues no son necesarios. No importa dónde sea el encuentro: la casa de ella, la de él o un lugar neutral; lo que vale es que sólo es por un momento de placer y luego cada uno a seguir con su rutina, hasta el próximo llamado. Noelia Sánchez, psicóloga, aporta que nada tiene que ver con un amante, "estas son relaciones casuales permanentes con la misma o las mismas personas, pero con la consigna de 'no amor', 'no relación formal'", o sea, nadie sabe lo que ocurre entre estos dos, sólo ellos. Y la simple sospecha de que alguno esté sintiendo algo por el otro, puede terminar con este vínculo de sexo casual.

Si bien no hay estadísticas reales, la profesional dice que en estas prácticas muchos son los hombres que al final quieren tener algo más "formal", una relación que supere lo sexual, pero "es muy poco común que personas que comenzaron teniendo encuentros casuales, en los que sólo reinaba el placer, tengan después una relación formal. No quiere decir que no los haya, pero es poco común". Es como si el vínculo estuviera "viciado" desde el inicio y haga un poco difícil que la relación funcione. O sea, "empezar por un principio que nunca tuvieron puede provocar que se pierda muchas cosas en la pareja o relación", sostiene Sánchez.

Ahora, el booty call no sólo puede darse por una simple llamada de teléfono, sino que se presenta a través de mensajes por WhatsApp, correos electrónicos, mensajes con doble lectura, cual clave secreta, en las redes sociales como Facebook, Twitter o Instagram; y todo esto lo tenemos al alcance de la mano, ya que los celulares se han convertido en una extensión del ser humano y a través de ellos podemos acceder instantáneamente a todos los flujos de comunicación que se nos ocurra.

Según Sánchez, las reglas en esta práctica son claras: "sólo sexo, sin entrar en detalles de la vida privada. Juega mucho la creatividad en los encuentros y, sobre todo, cuando todo termina cada uno vuelve a su cama". Pero, ¿cuál es la diferencia con el ya conocido "amigo con derecho"?; el booty calls es aquel a quien se llama sólo y de manera exclusiva para mantener relaciones sexuales. "Obviamente se trata de una persona conocida, con la que se mantiene encuentros casuales con frecuencia", agrega Sánchez.

Lo curioso es que, según parece, esta práctica es mucho más común de lo que imaginábamos. Para Macarena Ruiz podría tratarse de personas que temen salir de su zona actual y aventurarse a formar una pareja próspera, "es como si se limitaran a tener encuentros casuales por miedo a lo que podría pasar si se enamoran". También plantea que no es una práctica generacional, es decir, que pueda darse sólo en la población joven, sino que lo que nació como una práctica para jóvenes solteros, hoy se ha expandido como una manera de satisfacer "urgencias sexuales" de aquellos que no tienen o no quieren pareja estable. 

Cabe destacar que estas relaciones no son estrictamente casuales, sino que se trata de personas que se conocen de vínculos cercanos —amistades, compañeros de trabajo, etc.—, lo que los hace "conocerse" de alguna manera. "Forman parte del mismo círculo, de ahí es que sienten cierta confianza en cuanto a enfermedades, hábitos, características principales, entre otras cosas".

Ambas profesionales coinciden en que el booty calls deja atrás muchos aspectos importantes que se ponen en juego cuando se habla de una relación entre dos personas: la seducción, la conquista, conocer al otro y, por qué no, pensar en una pareja en caso de que las partes se enamoren. Por eso, en caso de acceder a este tipo de vínculo siempre es importante la comunicación, dejar las cosas en claro y, sobre todo, cuidar la salud y la intimidad de ambos.