El discurso lleno de contradicciones, que regresaría a los militares a sus cuarteles y ahora vemos la militarización de la vida pública; un sistema salud de primera que ahora está hecho ruinas; aseguró que pacificaría el país y en esta administración han ocurrido el mayor número de homicidios dolosos en la historia reciente. Dijo que primero los pobres y aumentó la pobreza extrema y la desigualdad, los ricos son más ricos y los pobres más pobres y en mayor cantidad. No se combatió la corrupción ni la impunidad, es el gobierno de los moches del nepotismo y el amiguismo y, en la construcción del Tren Maya, se cometió el peor ecocidio.


Sin tolerancia ni responsabilidad

Como sucedió cuando Xóchitl Gálvez pidió derecho de réplica para desmentir al presidente sobre política social y no le permitió el paso, o cuando el descontrol se hizo notar con la des invitación a la ministra Norma Piña para discutir con las comisiones senatoriales el tema de la extinción de los fideicomisos.

Algo que además lastima a la población, es cómo el gobierno desatiende las tragedias, como en la explosión de Tlahuelilpan, Hidalgo, donde por órdenes de AMLO el ejército no desalojó ni acordonó la zona, dejando un saldo de más de 140 muertos, o la tragedia causada por el paso del huracán Otis en Acapulco, donde hizo un show tratando de ir, sin ensuciar su traje ni bajarse de la camioneta para luego mandar a los Siervos de la Nación a hacer propaganda política y lucrar con la tragedia.

Sin ideología, planes de gobierno, programas o criterios de gobernanza, la 4T se desmorona con una sola base, el populismo de AMLO y su idea mesiánica de ejercer todo el poder.

La 4T no tiene ideología ni principios, es puro populismo egocéntrico dispuesto para mantener el poder de un solo hombre.