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Obesidad y vida sexual

por Redacción
03-05-2022

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La obesidad mórbida (IMC>25) está considerada actualmente como una enfermedad crónica, entre otras razones por los importantes riesgos que lleva asociados de padecer enfermedades graves, como las cardiovasculares, la diabetes o algunos tipos de cáncer. Y en relación a la vida sexual no lo es menos.

La pérdida de deseo sexual es una de las consecuencias más evidentes en ambos sexos, ya que se produce un desequilibrio hormonal: las mujeres producen más estrógenos y los hombres más estrógenos y menos testosterona. El exceso de estrógenos en las mujeres causa alteraciones importantes del ciclo menstrual y un riesgo elevado de sufrir el síndrome de ovarios poliquísticos, lo que aumenta las probabilidades de que pierdan la fertilidad.

En los hombres, además, es frecuente la oligospermia, es decir que producen pocos espermatozoides y de mala calidad, lo que también lleva a la infertilidad.


Obesidad y sexo

Los problemas que la obesidad genera en el riego sanguíneo por la acumulación de grasa en las arterias hace que no llegue suficiente sangre al pene y al clítoris, lo que puede causar disfunción eréctil en el hombre y dificultades para alcanzar el orgasmo en la mujer. El estrés y la baja autoestima contribuyen también a la pérdida de deseo sexual.

Estudios recientes han puesto en evidencia que los hombres y mujeres con obesidad tienen menos relaciones sexuales, utilizan menos los métodos anticonceptivos y además tienen un mayor número de embarazos no deseados que las mujeres con peso normal o sobrepeso.

Las alteraciones que la obesidad causa en la vida sexual pueden ser reversibles, aunque con un único condicionante: ponerse en manos de un especialista y perder peso.