logo
header-add

Nuevo estudio advierte que cuatro sistemas clave de la Tierra están al borde del colapso por el exceso de calor

por Redacción
03-06-2025

Comparte en

Los sistemas como las capas de hielo de Groenlandia y la Antártida Occidental, la circulación oceánica del Atlántico y la selva amazónica podrían cambiar irreversible y rápidamente si el calentamiento continúa.

2024: superado el límite de +1,5 °C

Sistemas clave al borde del colapso: Amazonía, Groenlandia, Antártida, corrientes oceánicas.

Efecto dominó (cascada de puntos de no retorno).

Riesgo crece con cada décima de grado adicional.

Políticas actuales llevan a +2,6 °C para 2100

Sobrecalentamiento temporal puede activar cambios irreversibles.

Urgente reducir emisiones antes de 2030

Sistemas vitales de la Tierra al borde del colapso

El cambio climático ya no es una amenaza futura: la barrera simbólica de los 1,5 °C fue superada en 2024. Las consecuencias no son abstractas. Las grandes estructuras que estabilizan el clima terrestre –la capa de hielo de Groenlandia, la Antártida Occidental, la circulación oceánica atlántica y la selva amazónica– están mostrando signos de tensión grave.

Estas estructuras funcionan como claves de un arco: si una falla, todo el sistema climático global puede desestabilizarse. Cuando estos elementos alcanzan su “punto de inflexión”, entran en un ciclo de retroalimentación que los empuja fuera de control. El hielo se derrite más rápido de lo que puede regenerarse. La Amazonía se seca. Las corrientes oceánicas se debilitan. Y lo más preocupante: estos sistemas interactúan entre sí, amplificando los efectos.

El sobrecalentamiento: el disparador oculto

Aunque se logre volver a niveles más seguros en el futuro, un “overshoot” (un exceso temporal por encima de 1,5 °C) puede ser suficiente para desatar cambios irreversibles. Las retroalimentaciones internas del sistema climático no responden simétricamente: es mucho más fácil desencadenar un colapso que revertirlo.

Simulaciones climáticas muestran que un pico de +2 °C aumenta drásticamente las probabilidades de colapso de uno o más de estos sistemas. Y las políticas actuales apuntan a un calentamiento de aproximadamente 2,6 °C hacia el año 2100.

Cuatro gigantes al borde del abismo

Un estudio reciente conectó modelos matemáticos de estos cuatro sistemas críticos para observar sus interacciones bajo diferentes escenarios de temperatura. Los resultados son alarmantes:

Groenlandia comienza a derretirse de forma imparable.

La Antártida Occidental se vuelve inestable.

La Amazonía pierde su régimen de lluvias y se transforma en sabana.

La circulación atlántica se debilita, alterando el clima global.

Un cambio en uno puede disparar a los otros. Esta cascada de colapsos multiplica el riesgo de un desajuste climático planetario en cuestión de décadas.

El riesgo sube con cada décima de grado

Cada 0,1 °C adicional por encima del límite de 1,5 °C representa un incremento sustancial en la probabilidad de activar puntos de inflexión. Según las simulaciones:


Con temperaturas estables por encima de 1,5 °C hasta 2100, hay un 24 % de probabilidad de activar al menos un colapso.

Si el calentamiento llega a cerca de 3 °C antes de bajar, el riesgo sube al 45 % para el año 2300.

Estos datos reflejan una realidad contundente: la urgencia no es opcional. Actuar ahora evita escenarios irreversibles.

Acción rápida para sistemas vitales

Las señales de advertencia ya son visibles. La circulación oceánica atlántica se está debilitando, lo que puede alterar las lluvias en América del Sur y Europa. La Amazonía ha perdido millones de hectáreas por deforestación y sequías agravadas, lo que compromete su papel como sumidero de carbono.

Reducir las emisiones antes de 2030 es esencial. Cada año perdido intensifica el riesgo y prolonga el sobrecalentamiento. Invertir hoy en energías renovables, eficiencia energética, restauración forestal y eliminación del amianto en infraestructuras urbanas no solo reduce emisiones, también fortalece la resiliencia climática.