
Inmigrantes retenidos en centros de detención del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), en al menos siete estados de Estados Unidos, se quejan de hambre, escasez de alimentos y comida en mal estado, de acuerdo con un reporte de la cadena NBC.
Según afirman los detenidos y defensores, algunas de las personas retenidas han enfermado y otras han perdido peso.
Un altercado que involucró a detenidos estalló el mes pasado en el centro de detención Delaney Hall, en Newark, Nueva Jersey, en parte debido a la comida ofrecida a cientos de migrantes recluidos por la administración de Donald Trump.
“Las cifras nacionales sobre la disponibilidad de camas muestran un sistema que supera su capacidad total. A mediados de junio, ICE estaba deteniendo a casi 60 mil personas, casi un 45 por ciento por encima de la capacidad prevista por el Congreso”, refirió la cadena NBC.
Cuando se le preguntó sobre las denuncias específicas de escasez de alimentos y comida de baja calidad en los centros, la portavoz del Departamento de Seguridad Nacional, Tricia McLaughlin, dijo a NBC que “cualquier afirmación de que hay falta de alimentos o condiciones deficientes en los centros de detención de ICE son falsas”.
“Todos los detenidos reciben comidas adecuadas, tratamiento médico y tienen la oportunidad de comunicarse con sus familiares y abogados.