
José Luis Camacho Acevedo
MENSAJE QUE SON VOTOS
La presidenta nacional de Morena, Luisa María
Alcalde Luján, es poseedora de un linaje plenamente identificado con las luchas
sociales de México.
Su señora madre Bertha Luján, ha sido una incansable
defensora de las luchas sociales que han pugnado, desde el inicio del siglo
pasado, por la reivindicación de los mexicanos que siguen sumidos en el
marginalismo.
Luján está identificada con Andrés Manuel
López Obrador desde hace más de 40 años.
En el pasado
Consejo Nacional de Morena, la dirigente nacional de ese partido, enfatizó tres
puntos que definen el rumbo de la organización cuando menos hasta el cismático
año 2027 en el que se realizarán las elecciones intermedias más grandes que
haya tenido el México moderno.
VOTOS DE
LIDERAZGO DE CLAUDIA
Que siguen
reconociendo el liderazgo moral de Andrés Manuel López Obrador como guía moral
de la organización y, lo más trascendente, que es indiscutible el
reconocimiento como jefa natural del partido a la presidenta Claudia Sheinbaum
Pardo.
ADÁN AUGUSTO
RECIBE AMPLIO COBIJO DE SHEINBAUM
Luis María
aseguró que se terminaron las luchas fratricidas en el partido cancelando el
canibalismo que prevaleció cuando existían los nefastos sectarismos conocidos
como “tribus”. El gran beneficiario de ese pronunciamiento de Luisa María
Alcalde fue, sin duda, el senador Adán Augusto López, a quien dio amplio
respaldo y mayor cobijo político.
BILLETES
COMPROMETEDORES
“NO SOMOS
IGUALES”. Ese mensaje de la dirigente morenista toca las líneas de flotación
de los ex presidentes Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Para Luis María
las diferencias son palmarias: no hay un parangón comparable al pillaje y convivencia
de Genaro García Luna con lo que pudo hacer el silvestre de Hernán Barrera
acompañado de su sobrino.
Hernán no se
llevó con la Barredora ni la cincuentava parte de lo que ganó García Luna
con sus negocios asociados al crimen organizado de alto calado.
En el caso de
Enrique Peña Nieto y la denuncia que presentó la reconocida periodista Carmen Aristegui
en relación al espionaje de que fue objeto con el sistema Pegasus, lo cierto es
que el pleito entre los socios judíos pone en tesitura de sobornable al ex
integrante del desparecido Grupo Atlacomulco, porque presuntamente recibió 25
millones de pesos en la transacción de Pegasus.
Y seguramente
nadie podrá probar que Peña Nieto recibió el soborno de los judíos dueños de Pegasus
vía su representante, Rodrigo Ruíz de Teresa, ejecutivo de Balam, pero, por
citar un caso verdaderamente increíble es la defensa de Peña Nieto que hace
Aurelio Nuño, quien fue el jefe de la oficina de la presidencia de EPN, es
decir, tenía el mismo cargo que con AMLO ocupó el ahora fiscalizado Alfonso
Romo.
La sociedad
mexicana ya no admite tanto cinismo.
Como dijo Luis
María Alcalde, y con sobrada razón, “no somos iguales”.