
A las 11:00 horas del miércoles 4 de junio, en Milpa Alta, una mujer pidió ayuda a la policía de Ciudad de México tras descubrir a hombres inconscientes, en el kilómetro 29 de la carretera México-Oaxtepec. Eran tres hombres asesinados, dos de ellos decapitados.
Dos días antes, el 2 de junio, en la alcaldía Gustavo A. Madero, la puerta de una vagoneta blanca se abrió y, aún en marcha, desde su interior arrojaron el cuerpo sin vida de una persona, que estaba enrollado en una lona blanca.
El domingo, en la colonia Chinampac de Juárez, en Iztapalapa, un sujeto mató, en un ataque directo, a dos personas a quienes vació su pistola, en avenida Telecomunicaciones.
Dichas escenas recientes son parte de la violencia extrema que se vive en la capital del país, donde los delitos graves están al alza.
Pablo Vázquez, jefe de la policía capitalina, insiste en que los índices de violencia están controlados y a la baja. Pero el número de víctimas del delito, entre enero y abril de 2025, tuvo una ligera alza en relación con el mismo lapso de 2024.