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La estúpida respuesta de Zelensky para AMLO

por Eduardo Ibarra Aguirre
19-09-2022

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La adjetivación es a la respuesta, no al comediante en su papel de jefe de Estado de Ucrania, pese a que confundió la iniciativa del presidente Andrés Manuel –hecha en el Zócalo en la ceremonia previa al desfile cívico-militar por el 212 aniversario del inicio de la Independencia–, con una de sus ocurrencias propagandísticas al mandar decir a su “asesor principal”, Mijailo Podolyak, lo siguiente:


“‘Los pacificadores’ que utilizan la guerra como tema para sus propias relaciones públicas sólo causan sorpresa. @lopezobrador, ¿tu plan es mantener a millones de personas bajo ocupación, aumentar el número de entierros masivos y dar tiempo a Rusia para renovar las reservas antes de la próxima ofensiva? Entonces tu ‘plan’ es un plan ruso”. El “principal” no se atrevió a hacer ninguna afirmación, empleó el manido recurso de la pregunta con respuesta implícita.


La propuesta de AMLO está dirigida a la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas y será presentada por el canciller a finales de septiembre en estos términos: México propone que en lugar de que se siga alimentando esta dolorosa y absurda guerra, se constituya de inmediato un comité para el diálogo y la paz, integrado, si ellos lo aceptan, por el papa Francisco; el primer ministro de la India, Narendra Modi, y el secretario general de la ONU, António Guterres.


Las consideraciones que anteceden a la iniciativa invitan a preguntarnos si no se pudo evitar la guerra y si la ONU y los políticos de las principales potencias no fallaron en la responsabilidad de propiciar el diálogo entre las partes para resolver pacíficamente las controversias.


A juicio de López Obrador “La ONU permanece inactiva y como borrada, presa de un formalismo y una ineficacia política que la deja en un papel meramente ornamental. Pero lo “Más reprobable aún es el proceder de las grandes potencias que, de manera explícita o silenciosa, se posicionan ante el conflicto sólo para servir a sus intereses hegemónicos. Por eso no puede evitarse la sospecha de que, aunque parezca perverso e increíble, esta guerra, como muchas otras, está siendo azuzada por los intereses de la industria bélica. La invasión de Rusia a Ucrania es, sin duda, reprobable.”


Intereses del complejo militar industrial y de Wall Street en Estados Unidos y sus pares en Gran Bretaña, Alemania que se robó la empresa petrolera rusa Rosneft, Israel, Francia y Japón; y sus equivalentes estatales en Rusia y China. A los que sin mencionarlos por sus nombres, Obrador calificó como “grupos de interés situados en posiciones de poder gubernamental o económico”, que se esmeran en conducir la política hacia el conflicto armado, y una vez cometido este error, en lugar de enmendarlo, optan por profundizarlo sin que les importe el sufrimiento que infligen a la humanidad y el daño al bienestar de las sociedades.


Pero fue más específico al insistir que “Las sanciones contra Rusia decididas desde Occidente, promovidas sobre todo por Estados Unidos, y el envío masivo de armas a Ucrania aportaron a la confrontación una dosis adicional de irracionalidad.” Misma que pagan los pueblos y gobiernos con las crisis económica, inflacionaria, de alimentos y hambre.


El gobierno de la 4T confía en que los Estados miembros la adopten y con ello se inicie no sólo un diálogo entre Rusia y Ucrania, sino una tregua global para frenar por al menos cinco años cualquier conflicto armado. Bajo el argumento de que “Sin paz no habrá ni crecimiento económico ni mucho menos justicia. Gobernar no debe ser un ejercicio de hegemonía o de dominio, sino ante todo la búsqueda de bienestar para los pueblos.”