logo
header-add

La elección no es un mero trámite; la candidata oficial no tiene ganada la presidencia: Graco Ramírez

por Redacción
15-05-2024

Comparte en

La elección actual no es un mero trámite: hay una marea rosa que crece y muestra que, a pesar de la intervención política y los recursos del gobierno federal, hay una oposición que no quiere a un régimen que busca regresar a formas autoritarias como las del siglo pasado.

Ése fue el mensaje central en la presentación del libro “Contra la regresión autoritaria. Memorias desde la izquierda”, del exgobernador, exlegislador y exdirigente del Partido de la Revolución Democrática (PRD), Graco Ramírez.

Los comentarios al texto aglutinaron a un conglomerado plural de integrantes del opositor Frente Cívico Nacional (FCN): el experredista Carlos Navarrete, el priista Rubén García Farías y el panista Juan Miguel Alcántara, quienes destacaron los acuerdos que sustentaron como legisladores de sus respectivos partidos para lograr avances democráticos en México.

En Términos generales, hicieron una descripción de las características del régimen autoritario priista de mediados del siglo XX y la transición política que derivó en una alternancia partidista y el riesgo de regresión a esta etapa 

Visión de historiador

Arturo Miranda Montero, historiador, académico y columnista inició los comentarios a la obra de Graco Ramírez con un repaso histórico de la que fuera llamada la dictadura perfecta”: los procesos de control político del sistema autoritario priista del siglo pasado.

En México se legitimó la idea de la democracia electoral como avance, explicó, pero la torcedura de esa idea ha propiciado al caudillismo. En ese sentido resaltó el carácter omnipotente del presidente de la república.

Hizo una descripción régimen autoritario actual, al que consideró que es imagen y semejanza del de esa época: en el actual régimen no ven la violencia de los ejércitos ni a los miles de desaparecidos, aseveró, y llamó a estar en contra de esa regresión autoritaria, tema a abordar en el libro de Graco Ramírez.

Visión del agrarista

Rubén García Farías, priista, ex diputado, luchador de la causa agraria en Guanajuato, inició con la referencia a la revolución francesa como primera definición del concepto de izquierda y aladió vivencias personales:

“Mi padre fue un socialista pueblerino, lombardista, enemigo del fascismo; fue muestra de que el sector campesino era el ala socialista del Partido Revolucionario Institucional”.

Tras una secuela de anécdotas personales narró los diálogos y acuerdos entre los sectores de visión más abierta en el priismo para lograr las reformas políticas democráticas. Destacó y reconoció la figura política del autor como luchador por la democracia inclusiva con respeto a los derechos humanos, que en su libro señala que llegamos a un país con “el gobierno de un mesías mendaz” (mendaz es ser cínico o patrañero o mentiroso).

Con personajes como José Luis Lamadrid y Miguel Montes, añadió, “los priistas aportamos mucho a la transición democrática, no todo era tan mal en el PRI”.

Remató con “no comparto del todo el diagnóstico de ustedes contra el PRI; el libro escrito en esta época de elecciones nos deja muy rica información de las características personales de Andrés Manuel López Obrador, que no es y nunca fue de izquierda: se dice perseguido, y nunca pisó una cárcel, su pensamiento es un galimatías incomprensible de psicofante mendaz”. 

Alabó la trayectoria política de Graco Ramírez y cerró con una frase de Bertolt Brecht: hay hombres que luchan toda la vida: esos son los imprescindibles”.

La izquierda dialogante

Continuó Carlos Navarrete, quien fuera destacado perredista, resaltó que el libro hace una referencia a la existencia de un partido hegemónico y presidencialismo autoritario, pero no dictatorial, precisó. A mediados del siglo XX, algunos jóvenes tomaron el camino de la guerrilla, prosiguió, y por eso “hay que agradecerle a Graco que narre lo que fue desde 1972 hasta 2018 con la tercera alternancia en el país a través de una vía de participación política sin violencia”. 

Fue una lucha porque el voto fuese libre y respetado y se contara, agregó, que hubiera acceso a los medios de comunicación, que el gobierno no organizara las elecciones. Hasta principios de la década de 1990 los organizaban los gobiernos; “no nos enfrentábamos a un partido sino a todo el aparato del Estado”, indicó.

La izquierda desde 1919, el PAN desde 1939, como primera oposición, continuó, contribuyeron a que el régimen tuviera que aceptar reformas político-electorales, “lo que el libro narra con detalle”.

Hizo una descripción del estado de Guanajuato en ese tiempo: hasta 1979 era de prácticamente un congreso local monocolor, en 1982 arribaron diputados del PAN y PDM y un representante de la izquierda: el PST, en referencia al momento en que fue diputado de ese partido.

Narró que acudió a un mitin de sindicalizados electricistas realizado en la Alhóndiga de Granaditas, con una manta en que Los Juglares de Guanajuato manifestaban su apoyo a los manifestantes. Ahí conoció a Graco Ramírez y éste lo invitó al Partido Socialista de los Trabajadores (PST), de donde salieron los primeros legisladores de la izquierda no ligada al PRI, como lo era el Partido Popular socialista (PPS).

Narró los procesos de acuerdos políticos con los priistas de ideas más abiertas y reconoció que “sin la apertura del régimen priista no hubiera habido transición democrática ni alternancia política en el país; costó mucho esfuerzo, mucho debate, muchas luchas en las calles y las cámaras, pero se lograron reformas”.

Guanajuato también fue parte de esa transición y mencionó, como lo hiciera García Farías, el papel que en ello jugó Miguel Montes García.

Navarrete Ruiz describió el carácter autoritario y corrupto de un sistema en el que presidentes y gobernadores eran “omnipotentes” y corruptos e hizo un repaso histórico de reformas y hechos que culminaron con la alternancia política en el año 2000. Añadió:

“En 2018 fue la tercera alternancia, tras los triunfos del PAN el regreso del PRI. Nunca me imaginé es que tanto esfuerzo, tanto trabajo y tanto navegar a contracorriente, que después de esperar a que la izquierda llegara al poder y cogobernara como una entidad incluyente,  democrática y tolerante, terminamos en un régimen populista autoritario que recupera lo peor del viejo presidencialismo, que dirige al país con la voz de un solo hombres, que viola la ley y miente con todo desparpajo, pues el presidente es jefe de gobierno y de la campaña de su candidata”

Culminó al señalar que el gobierno actual busca la regresión a los años 60 o 70 del siglo pasado.

Un palomazo panista

No estaba previsto en la presentación, pero se abrió el espacio para que el panista Juan Miguel Alcántara manifestara su postura.

Habló del avance democrático y de cómo fuerzas de diferentes partidos contribuyeron a la construcción de la democracia en México. Se manifestó en desacuerdo de definir izquierdas y derechas al describir que tuvo un padre liberal y un abuelo anarquista que contribuyeron a su formación y sensibilidad política.

El autor

Graco Ramírez escuchó paciente la larga exposición de los participantes y expresó: “me van a reclamar porque yo presenté a Andrés Manuel López Obrador a Cuauhtémoc Cárdenas”.

Luego de describir como el actual presidente se integró al PRD, aseveró: “a López Obrador, Cárdenas le puso como condición que renunciara al PRI y no lo hizo; nunca renunció al PRI, hoy es dirigente del PRIMOR (PRI y Morena).

Graco Ramírez explicó que a mediados del siglo pasado se tenía la visión de la política con un partido único hegemónico; los viejos priistas, añadió, provenían de la cultura hegemónica, hasta que el empuje de la oposición obligó a la Reforma Política de 1977.

Calificó a panistas, la izquierda partidista y a sectores del PRI como “Interlocutores para la transición política; gracias a esas luchas se lograron reformas políticas y así México cambió y tiene una pluralidad, hay competencia electoral democrática”. Agregó:

“López Obrador llega a la presidencia de la república gracias a esas reformas y llega a ser candidato porque existían órganos electorales para que el presidente no e se entrometiera en la elección; llegó a través de un partido que él mismo creó, un partido que forjó como Ayalota, como mesías”.

Y luego acusó que López Obrador representa un “nivel de locura, de hambre por el poder autoritario como la expresión más dramática del presidencialismo”.

El autor señaló que Xóchitl Gálvez, candidata de la coalición PAN-PRI-PRD representa el freno a la pretensión obradorista de regresar al viejo régimen y pidió dejar atrás pesimismos, que la elección no es un mero trámite ni está ganada por la candidata oficial”.