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Ingresos tributarios y de petróleo favorecen capacidad financiera del soberano

por Redacción
07-07-2022

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La calificadora Standard & Poor's cambió la perspectiva de la nota soberana de México a estable, dejando atrás la advertencia negativa donde se mantuvo durante dos años, desde diciembre de 2020.

De acuerdo con la analista soberana para México, Lisa Schineller, esta decisión incorpora la expectativa de que las autoridades mantendrán prudencia fiscal a pesar de los programas sociales y las inversiones emblemáticas de la administración.

Así la nota soberana de México se queda dos niveles arriba del grado de inversión, en “BBB”, con una perspectiva que queda sin riesgo de un recorte en un lapso de 6 a 12 meses.

Desde Nueva York, la analista explicó a El Economista que la base de esta decisión contempla que el gobierno mantendrá la política de recaudación de ingresos a través de la reducción de la evasión así como sólidos ingresos petroleros por encima de los estimados en el presupuesto.

Aparte, en el comunicado, subrayaron que pese al entorno global, México ha mantenido prudencia fiscal y monetaria, lo que ha favorecido también a la estabilidad de la deuda pública como proporción del PIB.

“Asumimos que la ejecución de políticas fiscal, monetaria, de tipo de cambio y comercial continuarán siendo cautelosas durante el resto de la administración”, subrayaron.

También ahí descartaron mayores cambios constitucionales que presionen el entorno de negocios en lo que resta del sexenio. Esto ante la etapa del ciclo político y la polarización del Congreso.


La foto fiscal

Tal como lo presenta el comunicado, la agencia estima que pese al entorno, la deuda neta del gobierno federal se mantendrá estable, alrededor de 47% del PIB entre este año y el 2025.

Estimaron que el pago de intereses representará un promedio de 11.5% de los ingresos del gobierno general también en esos mismos tres años.

Y proyectaron que el déficit del gobierno general promediará 2.9% del PIB para el periodo del año 2022 al 2025.

Este déficit refleja la política del gobierno para aislar los precios locales de los combustibles  del aumento de los precios mundiales de petróleo así como el subsidio a la gasolina.