En la Catedral de Ecatepec, un árbol de Navidad se ha convertido en un espacio para nombrar ausencias. Ahí familiares de personas desaparecidas cuelgan esferas con el rostro de sus seres queridos. Una de ellas, Verónica Rosas, quien relata que no pone un árbol de Navidad desde que perdió el rastro de su hijo Diego en 2015.
“Me ha costado mucho y en 10 años no he puesto un árbol en mi casa”, contó Verónica Rosas en entrevista con la agencia de noticias Associated Press. La mamá de Diego recordó que antes de la desaparición del joven de 16 años, ambos disfrutaban de las fiestas decembrinas.
El pasado 30 de noviembre, en el primer domingo de adviento, la diócesis de Ecatepec convocó a padres, hijos y hermanos de personas desaparecidas a la creación de estos adornos navideños; en un municipio donde “el pan de cada día” es la violencia.
Varios llegaron con fotos, cartón y CDs viejos para convertirlos en esferas que fueron bendecidas durante una misa, y después colocadas en el llamado ‘Árbol de la Esperanza’, el cual permanecerá ahí hasta el 2 de febrero.

