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De recesiones y cambio climático: la decimotercera

por Redacción
29-04-2023

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Veamos hoy algunas advertencias de especialistas en torno a lo que –simplificando un poco– sería un lineamiento de estrategia obligado para impulsar la limpieza de nuestro consumo energético con máximo abatimiento de gases de efecto invernadero (GEI).

En el menor tiempo posible buscar –sí– la máxima participación posible de electricidad en el balance final de energía que hoy es de sólo 20 por ciento en promedio, en México y en el mundo. Con ejemplos dramáticos (no más del 2 por ciento) y casos paradigmáticos (más de 40 por ciento).

Sí, electrificar al máximo industria (cemento, vidrio, acero…), comercio y servicios, servicios públicos y agroindustria. Ante todo, transporte de personas y bienes –masivo y eléctrico–, con atención, indica la Agencia Internacional de Energía, a partes críticas (https://www.iea.org/articles/net-zero-by-2050-hinges-on-a-global-push-to-increase-energy-efficiency).

Eficiencia integral en el proceso (producción, control, transmisión, distribución y consumo) y máxima participación de limpias y renovables en la generación, pero sin olvidar –dice Perogrullo– lecciones básicas de nuestros maestros: mínimo costo global a largo plazo, garantía de tarifas decrecientes y de limpieza fiscal integral. Así como máximo acuerdo social del proceso a impulsar.

Todo en un horizonte obligado de lucha contra desigualdad, pobreza e inseguridad. En general contra la explotación depredadora de las personas y de la naturaleza. ¿Acuerdo? Entonces es obligado repensar nuestra estrategia energética integral, a todos los niveles, mundial y nacional, regional y local. Así como rediseñar no sólo la arquitectura institucional y la organización industrial necesarias para ello, sino las políticas públicas de largo aliento a impulsar.

Largo aliento porque el proceso será largo. Y sinuoso, agregan los Beatles. Para alcanzar esa máxima participación de electricidad en la vida económica y social, pero inscrita en una perspectiva de sustentabilidad también integral, estamos obligados a atender con astucia y prudencia las advertencias de técnicos y especialistas. Y no sólo se trata sólo de garantizar recursos económicos y financieros necesarios, sino de acceder a las bases tecnológicas disponibles hoy, o prospectivamente disponibles en el futuro próximo. Lo indican especialistas en desarrollo tecnológico en energía. ¿Un ejemplo? Los señalamientos de los técnicos de la empresa Fuergy en Eslovaquia (http://fuergy.com/).