
Son una nueva plaga que azota algunos estados del país, especialmente del sureste.
Se presentan como amigos, solucionadores de conflictos, sumamente amigables, con ofertas irresistibles: préstamos con intereses bajos, al alcance de la mano.
Las cosas cambian a los pocos días, los intereses se modifican, las extorsiones toman forma y las amenazas cunden.
Es una nueva forma de operar de los grupos delincuenciales, importadas de Colombia, ya que los principales integrantes migran de esa nación, aunque se nutren también de venezolanos y hasta de pocos mexicanos.
Son cerrados, ya que los altos mandos son colombianos y llegaron a Tabasco, procedente de Cancún y otros destinos turísticos de la zona Maya.
En Tabasco hacen notar su presencia y su organización, aunque al no ser un grupo poderoso por el número de sus integrantes trabajan bajo la sombre de La Barredora, el principal grupo delictivo del estado.
No son compatibles, ni trabajan subordinados unos de otros, ya que la barredora es poderosa en armamento y en número de integrantes, los colombianos son menos, usan armas de menor calibre y crean el terror y el pánico con otras artimañas.
Primero amenazan vía telefónica, después se hacen presente, más adelante golpean a las personas o hasta llegan a secuestrarlas y la última instancia es la muerte.
Del otro lado se encuentra La Barredora el grupo criminal que asola al estado y que ha ocasionado varias matanzas, principales en bares y cervecerías.
Ellos son más agresivos, sin miramientos de ninguna clase atacan los puntos que les son indicados y manejan la extorsión, los levantamientos y otro tipo de delitos. Ellos alcanzaron su auge en el sexenio pasado y hacen explosión en el actual gobierno, donde el mandatario estatal se la pasa quejando, implorando la ayuda del gobierno federal y ante la escasa respuesta, comienza a repartir culpas a las administraciones pasadas, como ocurre con los gobiernos morenistas, solamente que el anterior en Tabasco también era de MORENA.
Con todo y ello, los tabasqueños pudieron disfrutar de una feria anual con buenos dividendos, según dio a conocer la administración de Javier May.
De acuerdo con las cifras alegres del gobierno estatal, la feria arrojó saldos positivos. La inversión fue de 108 millones de pesos, las que dejaron una derrama económica de 1, 700 millones de pesos, con 71.5 millones recaudados y dos millones 500 mil visitantes.
No cabe duda de que el gobierno de Javier May fue electo para generar diversión y no para generar bienestar, ni tampoco paz o tranquilidad.
Su administración vive con sus propios demonios y su secretario de Gobierno “Pepín” López Obrador le ayuda, generando nuevos adversarios, para no quedar en unos cuantos.
Tabasco se encuentra dividido en dos grupos políticos. Por un lado el del gobernador Javier May con su asistente Pepín López Obrador y por el otro Adán Augusto López, quien ni siquiera toma en cuenta como adversario al gobernador de Tabasco y lo mira con desdén.
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Mientras unos pueblos de Tabasco se ahogan por la falta de inversión y el olvido de las autoridades, Frontera se recupera y su imagen de Pueblo Mágico le abre grandes posibilidades. Su actual cabildo y el anterior la han levantado la imagen, convirtiéndolo en un sitio atractivo, limpio y con sitios interesante por visitar.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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