
Desde hace mucho tiempo se considera el Presidente de la República como “el solitario de Palacio”.
Se le ubica de esa manera debido a que la concentración del poder que tienen los Ejecutivos mexicanos los aísla de la mayoría de la gente, incluidos sus propios colaboradores.
Así se sentía Gustavo Díaz Ordaz cuando acuñó la frase en medio de una crisis provocada por algunas malas decisiones tomadas en el ejercicio de sus funciones.
La frase fue tomada por el escritor René Avilés Fabila y así tituló su novela “El gran solitario de Palacio".
Y es que, en los asuntos del poder, donde la decisión final la toma el Presidente de la República en turno, hay muchos equívocos que devienen en errores monumentales.
La política nacional muestra como todos los grupos que conforman los principales sectores de la producción terminan aliados del gran poder que representa el poder político.
Con algunas resistencias en un principio, los empresarios finalmente se doblegan y pactan con el gobierno a pesar de no estar totalmente de acuerdo con su política económica.
Aceptan pactos de todo tipo, sin importar que a la siguiente administración los planes y proyectos cambien. Ellos son susceptibles de cambiar también.
De esa manera transcurren las décadas y el país no logra el desarrollo anhelado o proyectado dentro de los esquemas de gobierno.
Hay conflictos espaciados con los empresarios, cuyas heridas son sanadas, sin dejar cicatriz.
Es cierto que, en tiempos de Luis Echeverría Álvarez, el empresariado de Monterrey marcó su distancia después del asesinato de Eugenio Garza Sada y de aquel duro reclamo que hizo en pleno sepelio del empresario, Ricardo Margáin Zozaya, presidente del Consejo Consultivo del Grupo Monterrey, evento que abandonó a la mitad del mismo el Ejecutivo federal.
Sin embargo, las disputas entre el empresariado y el poder político son subsanadas rápidamente.
Por eso llama poderosamente la atención la dura disputa que sostienen el empresario (también de Monterrey) Ricardo Salinas Pliego, concesionario de tres grandes televisivas y la Presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, por un adeudo al fisco del empresario.
La disputa inició el sexenio anterior con el rompimiento de relaciones entre el empresario y el entonces Presidente López Obrador, por el mismo motivo público, aunque hay quienes mencionan otras razones.
El tema es el mismo y los razonamientos del empresario para no pagar esa altísima deuda son similares.
Sin embargo, lo reacio de la actitud del empresario escaló a otros niveles en donde la confrontación ya es directa con la Presidenta Sheinbaum Pardo y atañe a tres artículos publicados por distintas mujeres donde le exigen al empresario que cumpla con el pago de impuestos, recibiendo por respuesta una furiosa respuesta del empresario con palabras muy fuertes que le han generado ataques por sus argumentos misóginos.
La realidad es que el posicionamiento de Salinas Pliego deberá ser resuelto por la Corte y debe contemplar que estos ministros terminan su gestión el 31 de agosto y con la nueva compuesta por nueve ministros no se vislumbra pueda fallar en a su favor.
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Un senador por Oaxaca, morenista, por cierto, es señalado por sus paisanos como de los principales operadores del huachicol en la región del Istmo. Del caso y la supuesta vinculación de Antonino Morales Toledo, se encuentra enterado el secretario de Seguridad, Omar García Harfuch.
Email: ramonzurita44@hotmail.com
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