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Cómo recuperarse de un latigazo cervical

por Redacción
29-11-2021

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Un golpe con el coche, aunque sea un pequeño alcance, puede afectar de manera importante a la columna cervical, es decir, la parte más alta de la columna vertebral que está compuesta por un conjunto de siete vértebras, las conocidas como cervicales. El próximo domingo se celebra el Día Mundial en recuerdo de las víctimas de accidentes de tráfico y, en ese contexto, planteamos esta nueva entrada a nuestro blog de salud, con el fin de saber cómo recuperarnos de un latigazo cervical tras un accidente de circulación.

Primero, vamos a definir qué es lo que popularmente se conoce como latigazo cervical. “El Síndrome del Latigazo Cervical (SLC) se produce por un mecanismo brusco de hiperextensión e hiperflexión de la columna cervical”, tal y como explica el doctor Juan García Regal, especialista en Traumatología y Cirugía Ortopédica del Hospital Ribera Santa Justa (Extremadura), que apunta como síntomas más frecuentes el dolor en la columna cervical, seguido de cefalea.

 “Cuando hablamos de latigazo cervical, lo más normal es que no queden secuelas, o que éstas sean mínimas. Sin embargo, la existencia de patologías previas, un mal diagnóstico o una incorrecta o inexistente recuperación pueden suponer una cronificación del dolor y complicaciones posteriores. Afortunadamente, solo el 10% de los casos se cronifican y condenan al paciente a sufrir dolores de por vida”.

Síntomas del latigazo cervical

 Existe una escalan que clasifica estos síntomas de 0 a IV, según los síntomas y las lesiones asociadas. Coincide con el doctor García Regal en que los más frecuente son el dolor cervical con contractura muscular intensa y la cefalea, “que puede asociar náuseas, vómitos y alteraciones transitorias de la visión, así como zumbidos en los oídos (tinnitus), dolor en la articulación temporomandibular (en la mandíbula, al masticar) y, en casos más graves, alteraciones de memoria y concentración así como trastornos del sueño”. Añade, además, que si la lesión es más grave y hay fractura o se produce una herniación discal aguda, “pueden aparecer síntomas neurológicos como radiculopatía o, incluso, una lesión medular”.

 Los vértigos o sensación de desequilibrio, la debilidad y falta de fuerza, el dolor lumbar provocado por la inmovilización de la pelvis con el cinturón de seguridad al tiempo que el tronco se mueve libremente, el bloqueo del sacro y la disminución de la movilidad de la charnela dorsolumbar, las parestesias, las disfunciones de la articulación temporo-mandibular, ansiedad. “Son síntomas que aparecen entre las primeras y 72 horas posteriores al accidente”, explica la responsable de Fisioterapia de Ribera Hospital de Molina.

La rehabilitación en una lesión cervical


“El objetivo de la rehabilitación es mejorar los síntomas, facilitar la pronta recuperación del paciente y evitar secuelas”, tal y como explica la doctora Noelia García, del Servicio de Rehabilitación del Hospital Universitario de Torrejón, que recomienda masoterapia, cinesiterapia, electroterapia analgésica así como ejercicios de estiramientos y fortalecimiento posterior de musculatura cintura escapular y cervical para recuperar este tipo de lesiones.

El papel del fisioterapeuta tras un latigazo cervical “resulta fundamental tanto en la fase aguda como semanas tras el impacto, ya que, aunque se haya descartado una lesión ósea, casi siempre hay afectación del tejido blando (músculos, tendones, ligamentos)”. En estos casos, añade, la Fisioterapia es la especialidad más completa para abordar este tipo de traumatismos.

 También los beneficios del tratamiento con analgésicos y antiinflamatorios, para sobrellevar el dolor inicial, siempre con prescripción médica. Pero para la doctora Sotos la rehabilitación “ha demostrado, sin duda, ser el tratamiento más eficaz, ya que, dentro del modelo de abordaje biopsicosocial, el tratamiento físico es el que más beneficios ofrece, sin descuidar otros aspectos como el control médico del dolor o la psicoterapia si es necesaria”. Y además de las terapias apuntadas por la doctora García, del Hospital de Torrejón, la doctora Sotos señala también técnicas de electroterapia analgésica, calor profundo, ejercicio específico, en ocasiones técnicas de liberación miofascial y punción seca. En fases posteriores, añade, para el tratamiento de secuelas, puede recurrirse a técnicas de manipulación y neuromodulación entre otras. Todo ello, recuerda, “se debe adaptar a la sintomatología del paciente y sus características”.

Los ejercicios isométricos consiguen fortalecer la musculatura. Se ejerce una resistencia manual y debemos de realizar fuerza para vencer dicha resistencia.

Los estiramientos musculares permiten recuperar elasticidad y elongar la musculatura.